Los Comités de Solidaridad entre los Pueblos y por la Paz (COSPAZ), ante los recientes ataques entre los estados de Israel e Irán, expresamos lo siguiente:
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Condenamos con rotundidad la reciente agresión del régimen sionista a Irán. Recordamos además que, en los últimos años, distintas instalaciones militares y personal clave del ejército iraní han sido blanco en distintas operaciones de las fuerzas armadas israelíes y con el apoyo explícito de Estados Unidos. Esta última ofensiva ha escalado aún más la tensión regional al dirigirse contra infraestructuras críticas, incluyendo instalaciones vinculadas al desarrollo de energía nuclear, lo cual representa un peligro inminente para millones de personas. Estos ataques se producen en el marco de la rivalidad mantenida entre ambos países por consolidarse como la fuerza dominante de la región.
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Así mismo, estos ataques son solo una muestra más del carácter genocida del Estado de Israel, que despliega a diario su violencia en la región y, particularmente, en la Franja de Gaza. Solo en los últimos 20 meses, desde el inicio de las masacres en Gaza, Israel no solo ha asesinado a casi 60.000 civiles palestinos y atacado en varias ocasiones a Irán, sino que también ha protagonizado ataques en el Líbano empleando dispositivos electrónicos, invadido nuevos territorios en su vecina Siria e intervenido en el conflicto de Yemen. Los COSPAZ expresamos nuestra más sincera solidaridad con los pueblos de Irán, Líbano, Palestina, Siria y Yemen en su lucha contra los baños de sangre que provocan los sionistas.
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La violencia característica de la política exterior israelí se complementa con una intensa actividad diplomática dirigida a continuar estrechando lazos con las principales potencias occidentales —principalmente, con Estados Unidos y con los países miembro de la Unión Europea y la OTAN— y a normalizar las relaciones con otros países de la región —particularmente, con Arabia Saudí y distintos países del Golfo Pérsico—. La diplomacia israelí pretende, con su trabajo, ganarse la complicidad e incluso conseguir apoyo logístico, financiero y/o militar de otros países en sus campañas militares en Oriente Próximo.
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En este sentido, los COSPAZ nos vemos obligados a denunciar explícitamente el papel cómplice del gobierno español que, lejos de cesar las relaciones comerciales con el Estado de Israel, continúa colaborando con el mismo en el negocio armamentístico. Los gestos simbólicos, como el reconocimiento de Palestina o el cruce de palabras con funcionarios del estado sionista, no podrán ocultar los hechos: que en buena parte de Oriente Próximo hay sangre y escombros provocados por armamento fabricado en España.
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Además, denunciamos la utilización de territorio español y de las bases militares de Rota y Morón para el despliegue de bombarderos estadounidenses en la región de Oriente Próximo, como parte del apoyo militar que en este momento brinda la Administración Trump al gobierno israelí en su lucha contra Irán, incluido desde hace décadas en la “lista negra” de los distintos gobiernos estadounidenses.
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La respuesta de Irán ha dejado al descubierto el uso que el régimen sionista hace de su propia población como escudos humanos para proteger sus instalaciones militares. Esta realidad debe obligarnos a reflexionar: también en nuestro país, en cada ciudad, diversas instituciones y empresas ligadas a la industria militar —que además se está promocionando como un sector lucrativo y estable— se están instalando en diversas oficinas e instalaciones al lado de centros de trabajo y lugares de residencia. En un momento en el que oímos con cada vez más fuerza tambores de guerra en Europa, hay cada vez más objetivos militares cerca de donde trabajamos y vivimos.
En vista de todo lo expuesto, los COSPAZ:
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Consideramos que nuestra labor es seguir explicando cuál es la situación actual del mundo y por qué los pueblos sufren cada vez más debido a las políticas imperialistas de los distintos estados.
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Nuestro papel a nivel internacional es contribuir a la consolidación de estructuras internacionales que permitan a la mayoría social trabajadora de los distintos países coordinarse eficazmente, con el fin de luchar por la paz y contrarrestar la acción de las políticas imperialistas de nuestros respectivos estados.
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Además de nuestra labor explicativa, reafirmamos nuestra voluntad de ofrecer a la mayoría social trabajadora, a quienes sufrimos las consecuencias de dichas políticas, una estructura organizada en la mayoría de lugares de nuestro país capaz de promover toda iniciativa que permita frenar y posteriormente detener la militarización de nuestra economía, la aplicación de políticas belicistas y la implicación directa o indirecta de nuestro país en los conflictos armados que asolan a la humanidad.
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Llamamos a todo trabajador y toda trabajadora, a la juventud, a los y las pensionistas y a las personas desempleadas a ayudar a construir Comités de Solidaridad entre los Pueblos y por la Paz, a organizar la actividad de los COSPAZ en contra de las guerras y las políticas imperialistas y a hacer posible los objetivos de paz que ansiamos. Todo granito en este sentido que aportemos puede construir una montaña infranqueable para nuestros imperialistas.
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En el momento actual, en el que se demuestra por la vía de los hechos que los planes de rearme tenían el objetivo de prepararse para la guerra, la actividad de los COSPAZ exige una amplia movilización contra la guerra imperialista. Llamamos a toda la clase obrera y al conjunto del pueblo a participar en las movilizaciones que convocaremos próximamente, con el objetivo de llenar las calles y plazas de nuestro país de una oposición real a la implicación de España en la guerra.
¡Por la paz real en Oriente Próximo y en el mundo!
¡Contra la guerra imperialista, contra la participación de España en sus guerras!
¡Construyamos los COSPAZ!